El imperialismo
El imperialismo iniciado a fines del siglo XX surgió en relación con la gran expansión económica e industrial del capitalismo monopolista.
El término imperialismo se refiere, a todo tipo de dominio político y económico que ejerce una nación poderosa sobre otra más débil, la cual se convierte en colonia de la metrópoli imperial: sin embargo, a lo largo de la historia se han transformado.
Causas del imperialismo
Las crisis económicas
En las últimas del siglo XIX (1873 hasta 1895) se manifestó en el sistema capitalista un serio periodo de crisis, además de que la concentración monopolista había llegado a un nivel muy alto, perjudicando las bases mismas del liberalismo capitalista.
La concentración monopolista, al llevar a la quiebra a muchas empresas redujo el poder de compras e hizo aún más difícil la situación del desempleo. De esta manera, las naciones industrializadas contaban con exceso de capital, producción, mano de obra calificada, y tecnología cada vez más avanzada.
Esto llevó a los países capitalistas a buscar nuevos mercados , lo que se convirtió en la solución para aliviar los periodos de crisis del capitalismo.
Crecimiento demográfico
Entre 1815 y 1870 la población europea aumentó de 190 a 300 millones de personas, con el subsecuente aumento el desempleo. Esta situación llevo a muchas familias a buscar una nueva vida en otros continentes, particularmente entre 1850 y 1814, se dieron las migraciones más intensas de la historia moderna.
La emigración fue bien vista por los gobiernos europeos como solución al doble problema de la pobreza y la agitación social.
Factores políticos
En las potencias occidentales se exaltaron los sentimientos nacionalistas, por el orgullo y deseo de imponer su prestigio económico y militar sobre otros pueblos.
En ese tiempo, muchos políticos sostenían la idea de que una nación no era poderosa si no poseía colonias.
Factores ideológicos y morales
Con base en el postulado biológico de Charles Darwin sobre la selección natural y la supervivencia del más fuerte, existía la convicción de que solo las naciones capaces de alcanzar el progreso técnico y transformarse en imperios serian las que en el futuro se impondrían sobre el resto de los países del mundo.
Creyéndose responsables de incorporar al modelo de desarrollo europeo a las sociedades situadas en un nivel inferior del proceso cultural evolutivo. Por tanto los países imperialistas no consideraban la política expansionista de sus gobiernos como un acto violatorio a la autonomía de los pueblos dominados.
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