Guerra
Civil Española
LA GUERRA CIVIL ESPAÑOLA
Antes de que estallara la Primera Guerra Mundial, España vivía una
situación de efervescencia social y
política sin que en lo económico pudiera incorporarse plenamente al capitalismo
industrial, pues aunque este sistema había empezado a desarrollarse en España,
estaba limitado a las regiones de Cataluña
y el País Vasco, precisamente las provincias que reclamaban
autonomía respecto al poder central y
donde los conflictos sindicales se daban con más fuerza.
LA DICTADURA DE PRIMO DE RIVERA
(1923-1930).
La dictadura de Primo de Rivera (1923-1930).
En septiembre de 1923, el general Miguel Primo de Rivera se pronuncio en Barcelona
en contra del gobierno; la rebelión a la que se unieron varias provincias,
logro triunfar y el rey Alfonso XIII proclamó a Primo de Rivera como jefe de gobierno. Bajo este régimen,
España vivió sometida a un férreo control gubernamental de inspiración fascista que obstaculizó las aspiraciones
democráticas. La dictadura de primo de
rivera fracasó en sus intentos de crear instituciones políticas sólidas que
apoyaran las medidas gubernamentales. Las reformas que emprendió, particularmente en el régimen militar y en la
educación, avivaron en el descontento social y
desembocaron en graves conflictos. Hacia 1929, la oposición y la falta de apoyo de sus propios compañeros de armas, Primo de Rivera presentó al rey
Alfonso XIII su renuncia el 28 de enero
de 1930, dejando tras de sí un cúmulo de problemas que el sistema monárquico no
sería capaz de resolver.
Caída de la Monarquía
La Segunda República
La republica fue proclamada el 14 de abril, tras lo cual se instalo un
gobierno provisional que convocó a elecciones
para las cortes constituyentes, en las que obtuvo mayoría la coalición
republicana –socialista, ya
representada en el gobierno
provisional que continuó en funciones.
La nueva constitución fue aprobada
el 9 de diciembre de 1931, quedando Niceto Alcalá Zamora como presidente
de la república –jefe de estado – y Manuel Azaña en calidad de presidente de
gobierno.
Durante los primeros dos años de
la segunda republica, el llamado
bienio reformista –noviembre de 1931 a noviembre de 1933- el
gobierno busco la transformación
económica, social y política de España.
La Guerra Civil
La guerra civil española fue
un acontecimiento bélico nacional que trascendió las fronteras de España y
atrajo la intervención de países extranjeros que aprovecharon el conflicto para
convertir al país en un campo de experimentación bélica, en los umbrales de la
Segunda Guerra Mundial.
Ámbito interno
Las fuertes tenciones
sociales, derivadas del atraso económico del país y de la desigual distribución
de la riqueza. Insatisfacción por parte del pueblo hacia sus gobernantes.
Divergencias políticas, que también provocaban un descontento social. Por estas
razones se crea una situación explosiva que desembocó en el estallido de una
terrible guerra civil.
Orígenes y desarrollo
El
conflicto se inició el 17 de julio de 1936 con el alzamiento de una fracción
del ejército encabezado por los generales Mola y Franco, quienes se trasladaron
desde el Marruecos español con el propósito de acabar con el gobierno
republicano constitucional, la izquierda
del Frente Popular. El bando sublevado representaba a la España rural
católica tradicional de los grandes propietarios agrícolas, así como al
gran capital conectado con numerosos
intereses extranjeros. Mientras que los pequeños campesinos reclutados en la
Falange y los grupos carlistas constituían el apoyo principal de los rebeldes.
Los miembros de las clases medias favorecieron a uno y otro bando en función de
su ubicación geográfica.
Los
sublevados buscaban unificar al país bajo un gobierno central que enalteciera
la patria castellana, recibiendo el auxilio de tropas italianas y alemanas,
además de suministros de armamento y municione.
Por
su parte los izquierdistas reciben ayuda de las llamadas brigadas
internacionales, soldados veteranos de la Primera Guerra Mundial.
El
alzamiento se propao por diversas regiones y ocupó numerosas capitales de
provincia, pero no pudo tomar Madrid donde fue reprimida.
Una
vez que el gobierno de las diversas localidades quedó en manos de los rebeldes,
se formó en Burgos una Junta Nacional que actuó como dirección política y en la
que Francisco Franco ocupó el mando de jefe de gobierno del Estado.
En
este proceso fue determinante la unificación de la Falange y las JONS, cuyo
jefe supremo sería Franco. Este para fortalecer su liderazgo, se hizo denominar
caudillo, mientras los, medios de propaganda comenzaban a difundir el lema:
“Una patria, un Estado, un caudillo”, la concentración de los poderes fue total
y se configuró un Estado de tipo autoritario, similar a los de Alemania e
Italia.
A
diferencia de la unificación política lograda por Franco en el bando rebelde,
el gobierno republicano padecía divisiones internas. Desde los primeros días
del alzamiento, y conforme se sucedían las derrotas del ejército republicano,
la autoridad central se debilitó y no
pudo contener los enfrentamientos entre anarquistas y comunistas, que
generaron divisiones intensas y ocasionaron la pérdida de la unidad
política e incluso militar en el ámbito republicano, lo cual trajo
consecuencias nefastas para la causa del gobierno constitucional.
En 1937,
los republicanos obtuvieron algunas victorias y los rebeldes decidieron centrar
sus principales operaciones en la zona norte. El 26 de abril, la Legión Cóndor
de la aviación alemana ocasionó una brutal agresión contra la población de la
ciudad vasca de Guernica, donde Hitler inauguró el devastador armamento que
prepara para hacer estallar una nueva guerra mundial. En octubre, las tropas
rebeldes habían logrado dominar la zona norte con excepción de la población noroeste (Cataluña) y
ocupaban una franja de territorio que, por el oeste, se extendía hasta el
extremo sur de la península ibérica, además del Marruecos español.
A
finales de 1937, los republicanos obtuvieron una gran victoria en Teruel, pero
esta ciudad cayó en poder se los rebeldes en febrero de 1938. Entre marzo y julio de 1938 se llevo a cabo la operación
Áragon-Mediterraneo, la cual constituyó un avance de las tropas nacionales
hacia el mar y significó la partición de territorio republicano en dos zonas
desiguales. Durante los siguiente meses de 1938 tuvo lugar la batalla del Ebro,
que resultó ser una campaña de desgaste
contra el ejército republicano, cuya
derrota dejó despejada la ruta para que los sublevados pudieran avanzar hacia Cataluña;
esto significó prácticamente el triunfo definitivo de las fuerzas rebeldes.
En
1937, los republicanos obtuvieron algunas victorias y los rebeldes decidieron
centrar sus principales operaciones en la zona norte. El 26 de abril, la Legión
Cóndor de la aviación alemana ocasionó una brutal agresión contra la población
de la ciudad vasca de Guernica, donde Hitler inauguró el devastador armamento
que prepara para hacer estallar una nueva guerra mundial. En octubre, las tropas
rebeldes habían logrado dominar la zona norte con excepción de la población noroeste (Cataluña) y
ocupaban una franja de territorio que, por el oeste, se extendía hasta el
extremo sur de la península ibérica, además del Marruecos español. A finales de
1937, los republicanos obtuvieron una gran victoria en Teruel, pero esta ciudad
cayó en poder se los rebeldes en febrero de 1938. Entre marzo y julio de 1938 se llevo a cabo la operación
Áragon-Mediterraneo, la cual constituyó un avance de las tropas nacionales
hacia el mar y significó la partición de territorio republicano en dos zonas
desiguales. Durante los siguiente meses de 1938 tuvo lugar la batalla del Ebro,
que resultó ser una campaña de desgaste
contra el ejército republicano, cuya derrota dejó despejada la ruta para
que los sublevados pudieran avanzar hacia Cataluña; esto significó
prácticamente el triunfo definitivo de
las fuerzas rebeldes.
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