domingo, 5 de mayo de 2013

La Gran Depresión (expo)


La Gran Depresión


Detrás de la apariencia de brillante prosperidad que se vivía en estados unidos en la década de 1920 se encontraban ciertos aspectos negativos para la economía, los cuales no habían sido percibidos por el gobierno.

La situación financiera. La crisis económica de los tiempos de guerra y la subsecuente situación de posguerra crearon situaciones desfavorables para la economía estadounidense. Estados Unidos enfrento el riesgo de que sus deudores no pudieran cubrir el pago de los empréstitos.

Las difíciles condiciones de los países capitalistas europeos volvió muy frágil el sistema internacional de cambio. Además, esa fragilidad se vio agravada por los llamados capitales flotantes.

A esta crisis se agrego la costumbre generalizada de pedir dinero prestado a largo plazo para invertir la compra de acciones de la Bolsa de Valores, la cual no ofrecía seguridad. En situación similar, se fueron haciendo comunes las ventas a créditos, en un desordenado afán consumista por adquirir los novedosos artículos.

La crisis agraria.  La agricultura sufrió grandes dificultades en casi todo el mundo. Durante la guerra se redujo considerablemente la producción de trigo en Europa, con el consecuente aumento en el precio mundial del cereal, al terminar la guerra la producción europea recupero su nivel anterior y este dio como resultado que la producción de trigo excediera en gran medida la demanda, hundiendo el precio de cereal. Los mismos problemas de sobre producción también afectaron otros cultivos como algodón, cacao, café, azúcar y maíz.

El sector industrial. La producción industrial, que experimentaba un gran crecimiento, presento también aspectos negativos. Las ramas más modernas –electricidad, petróleo, automotriz o química- tenían un ritmo de producción creciente, mientras que en las ramas tradicionales –textiles y metalurgia- el crecimiento era moderado. La industria del algodón y la ferroviaria también se vieron afectadas.

Otro aspecto importante era la gran diferencia existente entre los precios de los productos industriales y los precios agrícolas, los primeros aumentaban mientras que los segundos bajaban constantemente, afectando a la numerosa clase campesina.

Comienzo de la crisis, el crack de la Bolsa de Valores. Con el desplome de la Bolsa de Valores de Nueva York, el jueves negro (24 de octubre de 1929), surgió una situación de verdadero pánico que provocó la posterior crisis bancaria.

La  política de austeridad de Herbert Hoover no pudo solucionar la crisis, sino que produjo un efecto contrario.

Primeros intentos de solucionar la crisis. Las reacciones del presidente Hoover ante la crisis fueron mínimas, pues el afirmaba que la economía podía autor regularse sin intervención del gobierno.

Extensión de la crisis económica

La grave crisis económica iniciada en el otoño de 1929 no sólo afectó a la población estadounidense, sino que se extendió a otros países.

Gran Bretaña durante los años de la Depresión

En 1930 la cifra de desempleados pasó a un millón a cerca de tres millones. Para cubrir las pensiones del seguro de desempleo, el gobierno laborista de Ramsey MacDonald gastó grandes sumas de dinero, lo cual incrementó el déficit en el presupuesto, que originaron protestas de las Trade Unions y de los propios miembros del Partido Laborista. 

Se formó el gobierno nacional, con el propósito de que las tres fuerzas políticas –conservadores, liberales y laborista- se dieron para dar solución a la crisis.

Hacia 1935 comenzó a manifestarse cierta recuperación, pero ninguna de las medidas adoptadas dio como resultado el pleno restablecimiento de la economía.

La situación económica afectó también las relaciones de Gran Bretaña con los países de la Commonwealth, los cuales, ante el temor de que el gobierno británico ejerciera presión económica sobre ellos, buscaron condiciones de igualdad con la metrópoli. De esta manera, los dominios de Australia, Canadá, Irlanda,  Terranova,  Nueva Zelanda y Sudáfrica recibieron plena autonomía dentro del Imperio Británico, con leyes para tomar sus propias posturas en cuanto al comercio internacional.

Además, Gran Bretaña se enfrentaba a luchas emancipadoras en Irlanda, la India, Egipto y Palestina, el antes vasto Imperio Británico se desmoronaba en medio de las fuertes presiones políticas y económicas que caracterizaron la década de 1930.

Francia, depresión económica y gobierno del Frente Popular

La gran depresión llegó a Francia más tarde que a otros países, en parte porque la economía francesa estaba menos conectada con el mercado mundial que la economía de otras potencias capitalistas. Pero en la primavera de 1931 comenzó a declinar la producción. Las quiebras de empresas se multiplicaron y el número de desempleados alcanzó la cifra de tres millones en  1932.

En Francia no se recuperó la economía durante el resto de la década y llegó a la Segunda Guerra Mundial sin alcanzar los niveles de producción que tenía en 1930.

La Gran Depresión favoreció el regreso del cártel de las izquierdas al poder, lo que a su vez provocó la formación de escuadrones fascistas con grave amenaza para la democracia de Francia, al tiempo que resurgía la actitud agresiva de Alemania.

En las elecciones de 1936, el Frente Popular obtuvo mayoría en la Cámara, bajo el liderazgo del socialista Léon Blum.

Blum introdujo un amplio programa de reformas sociales, pero a medida que aumentaba la tensión externa se vio obligado a emprender un rearme que provocó desequilibrio en las finanzas.

En 1937, después de un año en el poder, el gobierno de Blum fue derribado por el Senado de mayoría conservadora. Así, Francia se acercó a la guerra en las peores condiciones posibles, debilitada en su economía y políticamente dividida.

Efectos de la Gran Depresión en América Latina

En los países no industrializados, como los de América Latina, aunque casi todos los países del mundo se vieron afectados por la gran crisis, la paralización de las inversiones del capital extranjero tuvo efectos de gravedad en las naciones de reciente despegue económico, como México, Brasil y Chile.

La depresión mundial afecto también los sistemas políticos latinoamericanos. En el periodo comprendido entre 1930 y 1933, los militares habían buscado el poder o lo habían tomado en argentina, Brasil, Chile, Perú, Guatemala, El Salvador, Honduras y Cuba. Lo cierto es que pusieron en duda la efectividad del modelo de crecimiento basado en la exportación-importación, con el consecuente descrédito para los gobernantes.

Frente a la crisis económica mundial, los gobernantes de la región tenían dos opciones. Una era estrechar los vínculos comerciales con las naciones industrializadas para mantenerse en el mercado sin que importasen sus desajustes. Otra opción consistía en poner en marcha un proceso de industrialización, las economías latinoamericanas podían llegar a ser autosuficientes y estar menos expuestas a sufrir los efectos de las crisis mundiales.

Por tanto, la mayoría de los gobiernos de la región consideró el camino de la industrialización como el más adecuado para enfrentar los efectos de la crisis mundial. De esta manera, las economías latinoamericanas comenzaron a producir los artículos manufactureros, que antes importaban Estados Unidos y Europa, hasta los años sesenta, cuando nuevas circunstancias hicieron inoperante este modelo de desarrollo económico.

El New Deal: respuesta a la crisis en Estados Unidos

La política del New Deal consistía, fundamentalmente en aumentar el poder de compra de los consumidores, aun a costa de producir u déficit en el presupuesto del Estado.

La nueva política de Rooselvelt encontró resistencia en las clases sociales conservadoras, quienes se oponían a ella con el argumento de que el gobierno se excedía en sus atribuciones y ponía en peligro la libre empresa.

La reelección de Roosevelt en 1936 dejó ver que la mayoría del pueblo estadounidense aprobara su programa; para 1937 lo más agudo de la crisis había quedado atrás, aunque todavía no se alcanzaba la prosperidad económica.

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